lunes, 13 de agosto de 2012

La Primera Palabra

Nacer.

Es habitual entre los escritores, ya sean aspirantes o profesionales, compartir un miedo común: el de la página en blanco. Un miedo que paraliza sin importar la pasión que tengas o lo mucho que hayas trabajado la historia en tu cabeza. ¿Solución? Ni idea. Si la tuviera estaría vendiendo manuales a lo Robert McKee o Syd Field y no aquí, escribiendo un mísero blog que nadie va a leer. Además, ¿cómo hallo la solución a un problema que no comparto? Mi caso es totalmente distinto. Para mí, la página en blanco es algo sagrado. Algo que no me bloquea, sino que me inspira. Empezar un escrito me resulta tan sencillo que tengo que controlarme para no escribir la primera chorrada que se me ocurra. Es una cuestión de respeto. Sin embargo, el respeto es el que me obliga a pasarme horas y horas delante de una página en blanco como un imbécil.

En cualquier caso, sin importar que se trate de una cuestión de miedo o respeto, para la mayoría de escritores, la primera frase, es la más difícil de escribir. ¿Cómo empiezo a materializar mi idea? ¿Es lo suficientemente interesante? ¿Puedo enganchar al lector con esto? ¿Me engancha a mí? Encontrar respuestas a estas preguntas puede ser muy frustrante, especialmente si no te llamas Miguel de Cervantes. Pero yo quiero ir más allá. Si es difícil encontrar esa primera frase que capture la esencia de lo que estás escribiendo, ¿cuán complejo ha de ser empezarla? ¿Cuál ha de ser la primera palabra? Quizás un determinante o una preposición. Algo tan nimio, con tan pocas sílabas, que determina, no ya la primera frase, sino el resto del escrito.

Parece una tontería. Probablemente lo sea. Solo espero que no, porque bajo todo ese concepto ha nacido este blog. Un blog que tratará, desde un punto de vista personal, distintos aspectos sobre el cine, la televisión y la escritura. Temas que me apasionan y que comparten un mismo punto de origen.

La Primera Palabra.

Tampoco se engañen. No pretendo ser profundo ni nada por el estilo. De hecho, tenía pensado una infinidad de títulos mejores, que trataban conceptos diferentes y más interesantes, pero todos estaban cogidos. Así que he hecho lo que cualquier creativo haría en mi situación..., limonada.

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